Cianotipia Húmeda, una introducción al arte de lo impredecible…

Cianotipias Húmedas autor: Katalina Fuentes ©

El azul de la cianotipia es uno de los lenguajes más antiguos de la fotografía. Desde el siglo XIX se ha utilizado para fijar imágenes con luz solar, transformando la química en un azul profundo y eterno.

Pero existe una variante que lleva este proceso más allá de lo técnico: la cianotipia húmeda. Una práctica donde el control se suelta y el azar toma protagonismo.

A diferencia de la técnica tradicional, en la que el papel se sensibiliza y se expone seco, la versión húmeda trabaja con agua, vinagre, pigmentos, burbujas de jabón o incluso jugos naturales. Estos elementos generan reacciones químicas y visuales inesperadas: azules que se mezclan con verdes y rojos, texturas jabonosas, halos iridiscentes y marcas que parecen brotar de manera orgánica.

Es un proceso tan científico como poético. Sabemos qué materiales usamos, pero no exactamente qué ocurrirá bajo el sol. Cada impresión es única, irrepetible, y nos recuerda que en el arte —como en la vida— el azar puede ser nuestro mejor aliado.


Próximo paso, del asombro a la práctica

Si esta introducción despertó tu curiosidad, el siguiente paso es adentrarte en el cómo hacerlo.
Desde los materiales recomendados hasta el paso a paso con técnicas y trucos para potenciar colores y texturas, la guía práctica te mostrará cómo experimentar con la cianotipia húmeda y llevar a tus manos toda esa magia azul.

La cianotipia, con su clásico azul profundo, ha fascinado a artistas y fotógrafos durante siglos. Pero dentro de este proceso histórico existe una variante más juguetona, experimental y sorprendente: la Cianotipia Húmeda.

A diferencia de la técnica tradicional, la versión húmeda invita a la improvisación, la curiosidad y la alegría de lo inesperado. Es, en esencia, una rendición parcial del control: un diálogo entre el artista y la naturaleza.Como dice un mantra recurrente en este proceso:
“No hay errores, solo descubrimientos.”


Por qué húmeda?

Mientras la cianotipia tradicional se basa en superficies secas y químicas medidas, en la húmeda se introduce agua, vinagre, burbujas, pigmentos o tintes.
El resultado: texturas jabonosas, veladuras como acuarelas y colores que expanden el clásico azul hacia gamas de verdes, ocres, rojos y hasta dorados.

Es un proceso que recuerda a la infancia: experimentar sin miedo.
Y como en todo juego creativo, no hay errores, solo descubrimientos.

En el arte y en distintos tutoriales es común ver cómo especias como la cúrcuma, la nuez moscada, el café o el té se usan para alterar los tonos de la impresión, logrando amarillos, ocres y sepias. Pero, ¿y si vamos más allá?

¿Qué pasaría si en lugar de especias se emplearan pigmentos en polvo o acuarelas solubles? Esa pregunta fue la puerta de entrada a una exploración, llena de aciertos, fracasos y aprendizajes. El resultado: una paleta mucho más amplia, viva y libre, que transforma a cada cianotipia en una pieza irrepetible.


  • Químicos de cianotipia (los de Tipia Lab son nuestra recomendación).
  • Papel acuarela (240–300 grs) o alternativos como papel artesanal.
  • Pinceles (Hake o de espuma).
  • Vinagre destilado o agua destilada.
  • Rociadores pequeños.
  • Pigmentos solubles en agua (acuarela en polvo o pigmentos minerales).
  • Sprays de tinte o tinta (cualquier marca que prefieras).
  • Follaje, hojas grandes u objetos como máscaras.
  • Opcionales: burbujas de jabón, sal gruesa, papel film, musgo, raíces, encajes, tierra, arena…
  • Superficie rígida, cristal y abrazaderas.
  • Guantes (los pigmentos manchan).

1. Composición inicial

Selecciona tu papel previamente sensibilizado con químicos de cianotipia y organiza sobre él el follaje o máscaras elegidas. Las hojas grandes, flores pequeñas o recortes de papel funcionan como “negativos” para bloquear la luz.

2. Preparación del color

Humedece el papel con vinagre diluido (70% vinagre, 30% agua destilada). Luego añade pigmentos secos espolvoreados y sprays de color. Aquí comienza la danza del azar: los polvos se dispersan y los líquidos fluyen, mezclándose con el azul clásico de la cianotipia.

3. Elementos opcionales
  • Burbujas de jabón: generan patrones celulares y empujan los pigmentos bajo el follaje.
  • Papel film o texturas naturales: añaden arrugas, líneas y veladuras inesperadas.
4. Primera exposición

Coloca el cristal encima, asegura con pinzas y expón al sol (de 2 a 6 horas según condiciones). La impresión seguirá cambiando mientras se seca, incluso días después.

5. Enjuague y secado

Lava en agua fría 10–20 minutos hasta que los químicos y pigmentos sueltos desaparezcan. Los colores se intensifican al aclarar. Deja secar completamente, preferiblemente de un día para otro.

6. Segunda exposición (opcional)

Una vez seca la primera impresión, vuelve a sensibilizar con químicos y coloca una máscara sobre las áreas que quieras preservar. Expón de nuevo: lo descubierto se tornará azul profundo, mientras que lo protegido conservará la riqueza de los colores de la primera capa.

7. Toques finales

Enjuaga nuevamente y, si deseas acelerar la oxidación del azul, sumerge brevemente en una mezcla de agua con peróxido de hidrógeno.


La importancia del papel

No todos los papeles reaccionan igual.

Lo ideal es trabajar con papeles cuyo pH conozcas. Si el papel es demasiado alcalino o demasiado ácido, los azules pueden variar y terminar en tonos verdosos o grisáceos.
Si lo que buscas son azules intensos y luminosos, evita papeles que vengan tratados con amortiguadores alcalinos.

Antes de comprometer una hoja completa, haz siempre una prueba en una tira pequeña de papel. Así podrás calcular el tiempo de exposición que mejor funciona y ver cómo reaccionan tus aditivos en las condiciones particulares de tu entorno (luz, humedad, temperatura, etc.) esto aplica si trabajas con luz U.V. artificial o cuentas con luz solar constante, es decir, un cielo despejado.


La cianotipia húmeda no es solo una técnica, es una actitud: aceptar que no siempre se puede controlar el resultado. El clima, la humedad, los pigmentos y hasta el tipo de hoja usada participan activamente en el proceso creativo.

Algunas impresiones resultarán suaves y etéreas; otras, intensas y explosivas. Lo valioso está en comprender que cada pieza es un registro único de un instante irrepetible.

Cada impresión es un laboratorio de sorpresas. Los pigmentos se mezclan de maneras insospechadas, todos los elementos responden con su propia personalidad. Lo más importante es mantener la curiosidad. No todas las impresiones saldrán “como esperabas”, pero todas aportarán pistas, caminos y hallazgos para la siguiente.

En este juego entre química, luz y naturaleza, el artista no impone: acompaña.

«La cianotipia húmeda nos recuerda que el arte no siempre nace de lo predecible, sino del diálogo con lo inesperado».